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Historia de una chica sin padrino: El Taller de Alain Perdomo.

TravelQuinto

Hola a todos, soy Clara Ruiz, una Montequinteña más a la que le han dado el privilegio de escribir. Teniendo en cuenta que una pequeña parte de mi vida profesional la dedico a luchar por hacerme un hueco en el mundo de la farándula tocando temas de moda e interpretación, me han pedido que escriba sobre ello. A decir verdad hablar sobre moda, maquillaje, técnicas de interpretación, etc.… me queda demasiado grande, ya que para ello existen estupendos profesionales dedicados de lleno a su especialización, por lo que me siento más cómoda contando mis experiencias personales, mis trucos y mis técnicas, con la esperanza de que a alguien pueda servirle lo que digo, o al menos entretenerle. Dicho esto comienzo a escribir:

Fotografía: David Aureo

Esta semana comenzó siendo de lo más aburrida en cuanto a temas artísticos se refiere, pero no en mi vida personal, ya que me gusta ocuparla con otros aspectos de la vida diaria. Pero a mitad de semana, concretamente el miércoles, me levanto de la cama, me preparo un café y comienzo a chequear el facebook, me encuentro con que un chico al que conocí hace unos años en una barbacoa aquí en Montequinto, el cual se dedica a la fotografía, me da la posibilidad de optar a ejercer como modelo en el taller de fotografía que imparte el fotógrafo cubano Alain Perdomo, y digo optar porque no había nada hecho, ya que Alain no sabía quién era yo ni que aspecto tenía. Este chico me da una dirección de email al cual tengo que enviar mis medidas y unas cuantas fotos. Últimamente estoy muy perezosa, por lo que no sabía si enviar mis datos o no, pero bueno en ese momento el espíritu de la actividad acudió a mi rescate, y pensé ¿Tengo algo que hacer el sábado durante el día? Mi parte perezosa dijo: “Sí, tienes que dormir, y descansar durante todo el día para poder trabajar por la noche, ya que también habrás trabajado la noche anterior”, pero mi parte activa dijo: “Ve, ya dormirás por la mañana, y si te quedas cansada, te recuperas el Domingo. No vas a quedar con tu novio, porque él estará trabajando todo el día. Y además puedes hacer nuevos contactos, tendrás nuevas fotos, y quien sabe, si tienes suerte incluso te pagan” La balanza se inclinó para la parte activa. Y aunque esta conversación conmigo misma pareciera un poco cómica, que levante la mano quien no tenga este tipo de conversaciones constantemente consigo mismo, es una lucha constante contra uno de los siete pecados capitales, la pereza, y yo de esa lamentablemente tengo mucha. Así que envié mis medidas y mis fotos.

Pasó todo el miércoles y no me llamaron, pasó todo el jueves y tampoco lo hicieron, por lo que ya el viernes por la mañana pensé que tendría el sábado libre, y en el fondo me alegré, pero rozando el medido día del viernes comenzó a sonarme el móvil,  y ese teléfono que se reflejaba en la pantalla era desconocido para mi, así que lo cogí y era Alain para confirmar mi participación, fue escueto y directo, tuve que hacerle muchas preguntas, ya que resultó ser algo parco en palabras. ¿A qué hora quedaremos? ¿Hay estilista? ¿Qué tipo de ropa me tengo que llevar? ¿Dónde será la sesión de fotos? ¿Cómo me maquillo?… Algunas las contestó, pero otras fueron contestadas ese mismo día por la noche.

El conflicto surgió con la hora de la llamada, pues me disponía a salir de mi casa para no volver hasta la madrugada, ya que tenía recados que hacer, un evento al que asistir, y un puesto de trabajo al que acudir.

La temática de las fotos sería la fantasía así que me hice con dos vestidos largos que tenía arrumbados en el armario (uno que me compré presa de las rebajas de hace algunos años y que aun no ha visto la luz, y otro de boda), un mono estrecho de satén negro que me compré para cantar con mi dúo (porque sí, yo hasta hace poco cantaba pachanga para las fiestas, pero esa historia la cuento otro día), y un vestido corto negro de falda abombada que se llevaba por el año 2006 creo recordar… Y es que la ropa pasada de moda sigue teniendo utilidad si decides dedicarte a este tipo de cosas.

Me dijo, maquíllate los ojos ahumados… asiento y ahí queda la cosa… “¿ojos ahumados?, ¡por Dios! ¿Cómo es eso?…” me relajo y me voy.

Pasa el día tal y como había planeado, pero tengo la suerte que mi compañera de trabajo del fin de semana es maquilladora y esteticista profesional, y claro está, le pregunto por el efecto ojos ahumados, algo que para mí era nuevo, para ella era de lo más normal, así que presté cuidadosa atención en cada detalle del proceso:

“Aplicas base de maquillaje en el parpado. Perfilas el ojo con el lápiz negro, la raya debe ser un poco más gorda de lo habitual ya que vas a difuminarla, y la difuminas en todo el párpado móvil, en el extremo exterior del ojo hazte una forma curvada o picuda y extiéndelo hacia fuera según tu gusto y forma del ojo. Seguidamente aplicas sombra negra en la mitad exterior del parpado móvil, gris en la parte central, y aplica un punto de luz con sombra blanca en la parte interior y lagrimal. La línea negra que bordea el ojo por fuera difumínala un poco para que adquiera más grosor y no se vea el corte del lápiz.”

Al día siguiente busque ojos ahumados en el youtube, y vi la aplicación de lo que me había dicho mi compañera, y es que los videos que la gente cuelga en youtube son de gran ayuda.

De repente no sé porque me dio por meter en la maleta de la ropa a utilizar, una bolsita de ropa interior más especial que tengo reservada.

En las últimas sesiones de fotos que he realizado no ha habido peluqueras, y en todas he salido con el pelo natural o liso, tenía ganas de algo diferente, y me levanté con ganas de un efecto ondulado peluquería… ilusa de mi… Enchufé el rizador a la corriente, vi la hora y me di cuenta de que llegaría tarde a la sesión si no me daba prisa, y como las prisas nunca son buenas, cogí el rizador sin mirar por la parte caliente… Una situación dolorosa, a la vez que cómica… Corriendo a buscar en el google que hacer en caso de quemadura… y lo primero que encuentro es aplicar la zona con pasta de dientes… eso hice, imaginaos como me peiné si tenía la mano derecha llena de pasta de dientes… En el camino hacia la sesión conduje con una  sola mano, ya que la otra estaría pegada al aire acondicionado durante el trayecto.

Llego 15 minutos tarde, algo que para mí es demasiado, ya que suelo ser puntual. Y claro, entro como los burros en el estudio y lo primero que veo es una maleta llena de ropa extravagante, lo primero que pienso es: “Bien, al final tenemos estilista” y digo en voz alta: “Al final me habéis traído ropa” Aliviada, ya que pensaba que la que yo llevaba de fantasía tenía poco. Pero me contestan diciendo: “No, esta es la ropa de la otra modelo”. Que engorro, me quería apoderar de la ropa de otra modelo que estaba por allí pululando, pero en mi defensa he de decir que no estaba informada de que habría otra modelo, y según ella me contó después, fue una decisión de última hora.

La otra modelo resultó ser una chica de 18 años, que quería empezar en el mundillo de la moda, una chica cuyo hobbie y posiblemente su posterior profesión, por los planes de vida que me contó, sea el maquillaje y la caracterización, y que con su corta edad, ya tiene un canal en youtube donde aconseja sobre maquillaje y ropa, que cuenta con más de 7000 seguidores, y es que el mundo está lleno de gente interesante dedicada a lo que le apasiona. Para quien quiera ver sus videos buscad en youtube Gotymakeup3.

Alain nos dijo que ropa de la que llevábamos íbamos a usar, al final yo utilicé un vestido (el que me compré en las rebajas, pero nunca usé), y menos mal que a última hora de manera automática eché mi bolsa de ropa interior, porque eligió un conjunto de corsé, y una blusa de red con unos vaqueros. El resto era posar, echar fotos y editarlas.

El calor era exasperante, el profesor seguía con la parte teórica, y las modelos empezábamos a sudar, acechando el peligro del deterioro del maquillaje, por lo que de manera egoísta me acerqué a la parte donde estaban los fotógrafos y puse mi rostro delante de un ventilador, me alivió bastante… En vista de esto me encendieron el aire acondicionado de una sala en la que me resguardé hasta que llegó mi turno para posar. Fue a las dos horas de haber llegado.

Llegó mi turno y se me olvidó el tiempo, posé sola y también con mi compañera, con los consiguientes cambios de vestuario.

El profesor dio un apunte a los fotógrafos, les dijo que si querían conseguir una expresión concreta de una modelo, tenían que meterla en una situación ficticia, por ejemplo, si quieres miedo haz que se sitúe con su imaginación  en un bosque con sonidos terroríficos. Algo interesante, aunque a veces puede resultar difícil meterse en situaciones así si por ejemplo, el ambiente o el fotógrafo esta con una actitud contraria. Pero es una técnica valida como muchas otras. Yo como modelo, me gustaría aportar otra técnica que a mí también me ha funcionado bastante. Si quieres una pose amable, se amable, transmite esa amabilidad a la modelo y la conseguirás.

Pero bueno yo fui la segunda modelo en pasar por los disparos de los fotógrafos, así que cuando llegó mi turno, se olvidaron de poner en situación a la modelo, por lo que el tema para mí fue libre y puse todas las poses y todas las caras que se me iban ocurriendo, además de seguir las directrices de algunos fotógrafos que querían poses concretas. En mis poses, fui cuidadosa, agresiva, sonriente, hice pilates… de todo, menos mal que después solo salen a la luz las mejores fotos, o eso espero ;).

Como he dicho el tiempo se pasó rapidísimo, puse toda la energía que creí necesitar y disfruté mucho, pero cuando acabó la sesión, me cambié y me dispuse a abandonar el estudio, mi cuerpo se vino abajo, reflejando todo el cansancio que la euforia del momento no me había dejado ver, y es que coger mil posturas, algunas propias de una clase de gimnasia, aguantar los tacones y echar unas cuantas horas, tiene lo suyo, así que acabado todo a casita a descansar.

Y ahora a esperar resultados.

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5 Comments

  1. David Aureo

    No sólo te lo curraste como la profesional que eres; sino que con tu sencillo y risueño carácter; nos conquistaste mucho antes de encuadrarte para la primera foto.

    Todo un placer trabajar contigo, lo que hace inevitable que te intentemos cuidar ya sea en un estudio o en una sesión de barbacoa y piscina en la Urb. Los cerros.

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  2. Alejandro Martín

    Hola, Soy Alex el granaíno :-D, uno de los fotógrafos que tuvo la suerte de trabajar con Clara.

    La primera impresión, una chica alta, guapísima, estilizada…
    Después de un diálogo intrascendente de un par de palabras descubres a un encanto de chica, muy profesional, dispuesta a dar el 100% para que la sesión sea un éxito. Amable, dispuesta a posar de las maneras más extrañas que le piden, una sonrisa que no acaba, en una palabra, profesional.

    Fue un auténtico placer poder trabajar contigo. Y ha sido un descubrimiento grato leerte.
    Muchas gracias por tu tiempo, esfuerzo y profesionalidad.

    Un abrazo desde Granada.

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  3. llamasfotografias

    Clara me pareciste muy profesional y siempre eso ayuda, es un placer trabajar con personas como tu. Con humildad y sencillez se llega lejos…

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