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«El perro es el mejor amigo del hombre» por George Graham Vest.

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Old Drum

Estatua en honor a Old-Drum, cuya inscripción relata el “Elogio al perro” utilizado por George Graham Vest, en el alegato final. Tras de sí, La corte Suprema de Missouri

Charles Burden tenía un perro llamado Old Drum al que amaba tremendamente y con el que mantenía una profunda relación de amor y respeto mutuo, siempre hablaba de él con sus amigos, lleno de orgullo, contándoles las hazañas de su compañero inseparable de cuatro patas, mientras él lo esperaba pacientemente a las puertas de la taberna, donde solía tomar unas copas con los amigos.

Una triste mañana se desató la tragedia, el viejo Drum apareció muerto con una bala en la cabeza, junto a la puerta de entrada de la finca del acaudalado Leónidas Hornsby, vecino de Burden. Charles quien lloró amargamente mientras abrazaba el cuerpo inerte de su fiel compañero y no dudó ni un momento de quien había sido, las pruebas lo indicaban claramente, su vecino Leónidas, ya que este había avisado en varias ocasiones que mataría a cualquier perro que se encontrara en su propiedad. Burden en su dolor llevó el caso a los tribunales de justicia de Warrensbourg y allí después de reírse de él, le dijeron que a lo más que podía aspirar era a 150 dólares de indemnización.

 

Por pura casualidad el caso llegó a los oídos de un famoso abogado George Graham Vest, que decidió ocuparse del caso, debido a su gran amor por los perros y aseguró que «ganaría el juicio o se disculparía personalmente con cada perro de Missouri.»

En el argumento final de dicho juicio, Vest no se refirió a ninguno de los testimonios ofrecidos durante el juicio, sino que pronunció un entrañable discurso que ha pasado a la historia como:

«El Elogio al perro»

“Caballeros del Jurado. El mejor amigo que un hombre pueda tener, podrá volverse en su contra y convertirse en su enemigo. Su propio hijo o hija, a quienes crió con amor y atenciones infinitas, pueden demostrarle ingratitud. Aquellos que están más cerca de nuestro corazón, aquellos a quienes confiamos nuestra felicidad y buen nombre, pueden convertirse en traidores. El dinero que un hombre pueda tener también podrá perderlo, se volará en el momento que más lo necesite. La reputación de un hombre quedará sacrificada por un momento de locura o debilidad. Las personas que están dispuestas a caer de rodillas para honrar nuestros éxitos, serán las que arrojen la primera piedra, cuando el fracaso coloque nubes sobre nuestro porvenir. El único, absoluto y mejor amigo que tiene el hombre en este mundo egoísta, el único que no lo va a traicionar o negar, es su perro.

Caballeros del jurado, el perro de un hombre está a su lado en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad. Dormirá en el frío piso donde sopla el viento y cae la nieve, sólo para estar junto a su amo. Besará su mano aunque no tenga comida para ofrecerle, lamerá las heridas y amarguras que produce el enfrentamiento con el áspero mundo. Si la desgracia deja a su amo sin hogar y amigos, el confiado perro solo pide el privilegio de acompañar a su amo para defenderlo contra todos sus enemigos. Y cuando llega el último acto, y la muerte hace su aparición y el cuerpo es enterrado en la fría tierra, no importa que todos los amigos hayan partido. Allí junto a la tumba, se quedará el noble animal, su cabeza entre sus patas, los ojos tristes pero abiertos y alertas, noble y sincero, más allá de la muerte».

El jurado, conmovido, y después de pasar unos instantes de profundo silencio entre lagrimas de emoción, decidió de forma unánime castigar a Leónidas Hornsby con una multa de 550 dólares (400 dólares más de lo que marcaba la ley) y la frase «El perro es el mejor amigo del hombre» se hizo popular para siempre. Vest ganó también la apelación ante la Suprema Corte de Missouri, donde hay una estatua del perro frente a la Corte de Warrensburg. Cabe destacar que los gastos de dicha estatua fuero sufragados gracias a una colecta, de la que los propios funcionarios de los juzgados fueros precursores, contagiados por la enorme sensibilidad hacia estos animales, que demostró George Graham Vest durante todo el proceso.

Teniendo en cuenta que el entrañable Old Drum, era un Galgo, resulta cruel y vergonzante que precisamente esta raza abriera la senda hacia todo un compendio de leyes a favor de sus derechos, siendo precisamente esta raza, la que aún 140 años después sigue siendo una de las razas mas vilipendiadas, vejadas y maltratadas. La pregunta es, ¿Cuántos siglos más han de pasar y cuantas leyes más se han de aprobar para que el ser humano tome conciencia de lo inhumano que es en realidad?

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