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Se cumplen 70 años del primer avistamiento OVNI en Montequinto

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Se cumplen ahora 70 años desde que se avistara un O.V.N.I. por primera vez en Montequinto, un hecho del se hizo eco la prensa del momento, quedando recogido años más tarde por Iker Jiménez en su libro «Encuentros Ovni, La historia de los Ovni en España», editado en 2003.

Ovni en Montequinto
Dibujo realizado por el propio José Villalobos tras el avistamiento

Corría el mes de Julio de 1947, un verano tranquilo como otros tantos, cuando alrededor de las seis de la tarde, José Villalobos Cuadra, estudiante de medicina, emprendía su marcha hacia un campo de olivos de nuestra barriada como venía haciendo cada tarde, con el fin de buscar la tranquilidad y el silencio necesario para sus tareas de estudio.

La tranquilidad que allí se respiraba hacia de aquel lugar un rincón idóneo para que muchos universitarios encontraran el espacio perfecto para evadirse y concentrarse en sus materias, como así lo hacía cada tarde José aislándose así del mundanal ruido.

Sin embargo, aquella tarde calurosa de verano albergaba una sorpresa a José que jamás olvidaría, ya que al levantar la vista de sus libros observo perplejo frente a él un objeto volante no identificado (O.V.N.I.) que sobrevolaba la carretera Sevilla-Utrera.

Se trataba de un misterioso objeto esférico de aspecto metálico al que le rodeaba un anillo, dicho objeto emitía un insistente zumbido mientras sobrevolaba el olivar. Se encontraba apenas a 300 metros de José cuando comenzó su ascenso mientras comenzaba a girar en sentido contrario a las agujas del reloj, como si de un sacacorchos se tratase, para poco después desaparecer en dirección sureste sin dejar ningún rastro más que los ojos perplejos de José que no daba crédito a la escena. Tras el suceso, José dedico unos minutos a dibujar dicho objeto quizás con el fin de calmar su curiosidad o quizás con el único fin de poder explicarse a si mismo lo que acababa de contemplar.

Muchos años más tarde José declaró: «Después de mirarlo continué con mis estudios normalmente, pues me dije ¡Otro platillo más de los que habla la prensa!»

Pero este avistamiento, tan solo fue el primero de otros cuatro avistamientos más que han tenido lugar a lo largo de los años en Montequinto, tal como recoge entre sus líneas el Correo de Andalucía en una reciente publicación del pasado mes de marzo donde hace un repaso de los diferentes sucesos con O.V.N.I.S. en toda la provincia de Sevilla, haciendo mención a tres de ellos que tuvieron lugar en las inmediaciones de la antigua Universidad Laboral, conocida hoy en día como Universidad Pablo de Olavide.

Así, en el verano de 1950, apenas tres años después del primer avistamiento,  la Red Nacional de Corresponsales ya informaba de un suceso en Montequinto en la carretera de la antigua Universidad Laboral, cuando apareció un objeto circular con una cúpula en su parte superior que se metió entre los olivos provocando un remolino de tierra para perderse en el aire entre un tremendo zumbido.

Unos años más tarde, el 19 de Septiembre de 1976 en el kilómetro cuatro de la carretera entre Sevilla y Alcalá se pudo ver, por parte de diferentes testigos, la evolución de un extraño objeto que se dividió en tres esferas de color blanco muy intenso. En la misma zona de la Universidad Laboral se registró otro aterrizaje de un extraño objeto en Mayo de 1979.

Apenas había pasado un año desde el anterior avistamiento en la zona de la actual Universidad Pablo de Olavide cuando  el 9 de Mayo de 1980, a la diez y media de la mañana, iba a suceder algo que pasaría a los anales del fenómeno O.V.N.I. en España.

Los dos protagonistas de esta historia, Fernando Augusto González y José Luis Romero Guerra avisaron a otros compañeros de clase como Alfonso Caballero Laguna, Francisco Javier Bartolet, José Martín y Manuel Mancha más su profesor de dibujo Luis Gómez. Todos fueron testigos de las maniobras del extraño y misterioso objeto.

El día estaba despejado y climatológicamente perfecto. Un estudiante, José Luis Romero, de primer curso de Delineación, de diecisiete años, estaba dibujando en su mesa cuando algo le hizo mirar por el ventanal que tenía delante, entonces observó perplejo una extraña luz que venía del suroeste con dirección a la Universidad Laboral. El chico lo describió como «Una especie de saco de plástico que levantaba un remolino de viento».

Fijó su atención en el objeto y vio algo extraño, el objeto se situó sobre un eucalipto y comenzó a descender poco a poco hasta tomar tierra. El estudiante llamó a su amigo de clase Fernando Augusto González y ambos contemplaron como aquel objeto permanecía por unos minutos sobre el terreno para comenzar a ascender suavemente y quedar parado sobre el mismo árbol para comenzar a desplazarse en dirección Sur, a Cádiz, para alterar su rumbo poco después y tomar dirección a Sevilla. Ascendió aún más y desapareció.

Alfonso Caballero, el ultimo testigo en llegar a la escena,  diría a los miembros de la Red Nacional de Corresponsales: «El objeto se manifestó de una forma extraña, de manera un tanto extraña, ya que su trayectoria fue modificada bruscamente. Pasó de dirección sur a dirección norte y se perdió entre las nubes» a lo que añadió «era de aspecto metálico, uniforme, la parte superior parecía más brillante que la inferior, parecía un globo de la feria, metálico por una parte y rojo por la otra. Cuando estuve viendo el objeto, éste brillaba de una forma un tanto extraña. A ratos brillaba, luego no se veía y posteriormente, volvía a resplandecer».

Alonso creyó que esa brillantez pudo ser producida por el objeto, ya que esto se produjo a las diez u once menos cuarto de la mañana, cuando el sol pegaba con mucha fuerza y el día era totalmente raso en esos instantes. «Si hubiera sido el reflejo solar, debería haberlo emitido constantemente y no a intervalos, no de forma intermitente».

El 13 de Mayo de 1980 miembros de la Red Nacional de Corresponsales se trasladaron a la Universidad laboral para comprobar el lugar. No había rastro del presunto aterrizaje, las lluvias de días anteriores habían borrado cualquier rastro que pudiera haber dejado.

El ultimo caso conocido es mucho más reciente, ya que su avistamiento tuvo lugar el 13 de septiembre del año 2013 cuando, según cuenta el periódico digital Cádiz Directo, una  vecina de nuestro barrio fue también testigo de un nuevo incidente. Nuestra vecina  ofreció entonces su testimonio  que fue de lo más elocuente:

Estaba en una zona oscura del jardín mirando el cielo y, de repente, vi un objeto extraño que me sorprendió… Era muy oscuro  y, probablemente, de no estar mirando el cielo con los ojos hechos a la oscuridad, perfectamente podría pasar desapercibido, iba rápido, no hacía ni se escuchaba ningún ruido pero a la vez iba tapando estrellas en su dirección noreste”.

La testigo prosigue: me chocó y buscando algo de lógica pensé si serían pájaros,  pero los pájaros no vuelan de noche ni van tan juntos en un patrón tan perfecto.  Aunque tenía los prismáticos a mi lado no conseguí verlo”.

Y concluye con su singular avistamiento “Como te digo era oscuro y sin luces pero si se veía ya que era distinto a la oscuridad del cielo…, no se si me explico, tenía la forma de un boomerang  pero no tan redondo en los extremos, en ellos era mas como la punta de una flecha…Desde luego no lo soñé y aunque no soy una profesional del cielo si conozco un poco del mismo debido a mi afición”.

Sin duda Montequinto siempre tiene historias que contar, nuestro barrio es un barrio muy particular que nunca ha pasado desapercibido a lo largo de la historia. ¿Y vosotros? ¿Habéis sido testigo alguna vez de un hecho similar en nuestro barrio o conocéis alguna historia parecida?

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2 Comments

  1. Juan

    Desconocía tanta actividad en nuestro barrio, gracias por la información y el trabajo que al diario hacéis, un saludo.

    Reply

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